HOla
Bueno, yo hace tiempo empecé a escribir 1 novela
Aqui os pongo un cacho, asi cuando me haga famoso decis que ya teneis el primer capitulo jaja, que no, es broma
Pero decirme que os parece
VUELTA A EMPEZARUna vida nueva. Todo era volver a empezar. Colegio nuevo. Amigos nuevos. Casa nueva. A Héctor no le gustaba la idea de tener que mudarse desde su pueblo natal, Italia, a un pequeño pueblo en el sur de España.
Héctor era un muchacho de unos 14 años que tenia el pelo rizado; tan rizado como las colas de los cerditos. Su pelo era marrón claro, como sus ojos. Tenia unos ojos muy chiquititos con unas lentes ovaladas al terminar su picuda nariz.
Héctor era un niño del montón, pero el se sentía especial, decía que su vida tenia que terminar con algo triunfal, que no podría morir si no había echo nada especial para la humanidad, le daba a su madre los ejemplos de alguna vacuna o algún invento revolucionario pero la madre de Héctor, sin embargo, pensaba que su hijo estaba loco, que tanto estudiar y no tener amigos para poder salir con ellos le había emparanollado la cabeza.
Héctor se levanto muy deprimido de su cama. Había dormido fatal, y la razón se debía a que la casa en la que estaba era su nueva casa, una casa de alquiler a las afueras de Almería.
El edificio tenía cinco pisos y era muy raro, estaba rodeado solamente de campo, un gran campo lleno de cereal, sin ninguna otra casa alrededor.
A Héctor eso le parecía muy raro, y también que no se hubiera encontrado con ningún vecino en el ascensor, o que ninguno de ellos les fueran a dar la bienvenido a Héctor y a su madre.
Héctor se estaba retrasando, se había quedado medio dormido en la bañera.
-Héctor, como no salgas ya no te llevo al colegio-gruñó la madre de Héctor a este.
-Ya voy mamá, me estoy quitando el suavizante del cabello-mintió Héctor.
Salió corriendo de la bañera se secó lo mejor que pudo y se puso la ropa mas formal que encontró en su maleta, puesto que todavía les faltaban por comprar varios muebles.
A Héctor nunca se le olvidaba peinar su cabello, era la parte del cuerpo que mas le gustaba.
Corrió a la entrada de su casa, sin olvidar el horario del colegio y vio que su madre ya le estaba esperando.
-Héctor, a la siguiente no te espero-dijo la madre.
Héctor y su madre salieron por la puerta y mientras que esperaban al ascensor Héctor encendió su mp3 y empezó a escuchar su música favorita.
El timbre del ascensor sonó y los dos se metieron en silencio. Héctor veía pasar los números de los pisos mientras que su madre se pintaba los labios mirándose en el gran espejo que había en un lado del ascensor.
Tres, dos, Héctor veía pasar los números muy lentamente, uno...¡tin!. La puerta del ascensor se abrió y los dos salieron a toda velocidad hacia la plaza de garaje que le habían asignado a su madre para aparcar el coche.
Se metieron en el coche y salieron por la puerta del garaje. No había nadie en la calle, si podía ser considerada como tal, puesto que solo había una casa en kilómetros. Héctor se puso el cinturón de seguridad y salieron hacia la derecha del edificio, solo había un carril de ida y otro de vuelta y por allí no pasaba ningún coche...todo era tan raro en su nueva casa...
Cuando por fin Héctor veía la civilización ya habían pasado como 5 minutos desde que habían salido de su casa. Nada mas entrar en lo que se podía llamar el pueblo estaba el colegio de Héctor. Un gran edificio amarillento que tenia forma de “U”.
-Adiós mamá-dijo Héctor y le dio un beso en la mejilla a su madre.
Su madre, sin decir nada volvió a arrancar el coche y se marcho por donde habían venido.
Héctor siempre había pensado que su madre le tenia asco por algo que el habría echo pero que no recordaba, pero estaba tan acostumbrado a esos rechazos desde que su madre le dijo que había muerto su padre que ya todo le daba igual.
Nada mas salir del coche Héctor sintió como si alguien le estuviera mirando, pero el no veía a nadie
Héctor entró por la puerta principal sin mirar a los niños y niñas que jugaban al fútbol y fue directamente a la portería.
-¿Me podría indicar donde esta la clase de biología por favor?-preguntó amablemente Héctor a la viejecita que había en la recepción.
-Si, claro. ¿Tu eres Héctor verdad? Bueno, la clase de biología es la primera cogiendo este pasillo a la izquierda.-le contesto amablemente la viejecita.
-Gracias.-le contesto Héctor mientras echaba a andar hacía aquella clase.
¿Cómo podía la mujer de recepción saber su nombre si él no había mandado ninguna foto junto con la inscripción del colegio? Que raro. Héctor escucho el timbre de comienzo de clase y salió disparado hacia la clase de biología.
Vie Abr 27, 2007 10:41 pm
y otras mi cerdito 
Sanzito
Que no! jaja 
